La palabra “emprender” fue una de las palabras más buscadas en Internet durante el año 2014. Debido a la crisis que ha estado golpeando España estos últimos años y a la escasez de ofertas de trabajo, cada vez son más las personas que se animan a llevar a cabo sus propias ideas de forma independiente. Y es que si algo ha quedado claro durante estos años es que el futuro pasa por renovarse.
Pero, aceptada esta máxima, surge una pregunta: ¿Cuál es la mejor forma de emprender? ¿Existe una fórmula del éxito empresarial? Lo cierto es que muchos piensan que lo principal y necesario es tener una carrera o hacer un master especializado en el tema en cuestión, mientras que los hay también que se lanzan a la piscina sin título alguno y sin estudiar el mercado o madurar la idea. La verdad es que en el campo de los emprendedores no existe una respuesta fija, una verdad absoluta.
Según una encuesta, el 82% de las empresas fracasan antes de los cuatro primeros años. Los mayores errores que se suelen cometer son la inexperiencia, la falta de financiación o la dificultad de aportar algo nuevo al mercado. Y aunque no existe una ciencia que determine el éxito a la hora de llevar a cabo un proyecto, sí existen algunas pautas que pueden ayudar a facilitar el proceso, como, por ejemplo: acumular el mayor número de experiencias empresariales posibles, elegir bien a la persona con la cual uno se va a asociar, mantener un aprendizaje continuo o estar atento a las oportunidades de mercado. Además, a la hora de resolver alguna duda o buscar financiación, existen numerosos blogs y profesionales en la red en los que uno puede buscar asesoramiento y ayuda con los procesos burocráticos a la hora de crear una nueva empresa.
El caso es que, a pesar de este alto índice de fracaso empresarial, más de 12.000 empresas siguen saliendo al mercado cada año en España. Y aunque el país continúe pasando por enormes dificultades económicas (o quizás debido a ellas), los jóvenes optan cada vez más por crear, y los no tan jóvenes por reinventarse. Y entre los sectores que mayor crecimiento están experimentado se suelen nombrar dos: bien los pertenecientes a cualquier aspecto relacionado con Internet, o bien aquellos que promulgan una forma de vida más consciente y ecológica.
El futuro pasa por la red
No haría falta realizar un estudio muy minucioso para decir que Internet es, quizá, la base más importante del espíritu emprendedor a día de hoy. Al fin y al cabo, la web ofrece a cualquier persona de cualquier parte del mundo un elemento clave desde el punto de vista empresarial: la difusión. Y es que una buena estrategia de redes puede hacer que una empresa, por muy joven que sea, pase del anonimato a su polo opuesto en tan solo unos meses. Algo que hace unos años, antes de la expansión de Internet, no era solo impensable, sino que conllevaría un gasto en publicidad enorme.
Sin embargo, con la aparición de Internet como punto gravitatorio, la difusión se ha convertido en un aspecto en el que influyen la creatividad y el ingenio más que un elemento puramente económico. Y esto, desde luego, es algo que agradecen enormemente la mayoría de los emprendedores.
Un tejido empresarial más verde
Ya sea porque las nuevas generaciones cuentan con un mayor grado de conciencia ecológica que sus predecesores, o porque el panorama económico actual hace que las ideas más verdes sean también las más rentables, la verdad es que el número de proyectos emprendedores y ecológicos está aumentando cada año.
Y este sector ya no se basa solo en el nacimiento de nuevas ideas que acaben con la dependencia de los combustibles fósiles, sino que en cualquier otro sector de la economía las ideas ecológicas están ganando cada vez más espacio. Así, es muy fácil encontrar a día de hoy productos alimenticios o restaurantes ecológicos, hoteles y campings totalmente integrados en el medio ambiente, o ciudades que, cada vez más, quieren dejar atrás su pasado de asfalto y hormigón e integrar, poco a poco, la naturaleza en su hábitat.
Por todo esto, no cabe duda alguna de que, a día de hoy, emprender pasa por estas dos vías: el camino verde o el de la red.